lunes, 7 de febrero de 2011

Municipios Ricos, Ayuntamientos y Población Pobres


En las últimas décadas se ha escuchado hablar de la necesidad de la “Reforma del Estado”, esta reforma contemplaría la modificación a la relación entre los tres ordenes de gobierno, y un tema en particular que nos preocupa es la referente a la coordinación fiscal, hoy por hoy tenemos en el país un sistema tributario mayormente centralizado, esto es, la mayor parte de los impuestos los recaba y gasta el gobierno federal, le siguen las entidades federativas y por último los gobiernos municipales.

El debate se ha extendido a lo largo y ancho del país, los ayuntamientos solicitan mayores recursos y en casos más extremos la potestad del cobro y administración de algunos impuestos que actualmente lo realizan los estados o la federación, los argumentos de los ayuntamientos es la injusta distribución de los impuestos recaudados en su demarcación, no es necesario señalar que este señalamiento lo hacen aquellos municipios donde hay una importante actividad económica que permite una buena recaudación ya sea en impuestos directos o indirectos.

Por su parte, el argumento del gobierno federal es la falta de capacidad de los ayuntamientos para el cobro y administración de los impuestos, ya que esto llevaría a una ineficiente recaudación y su consiguiente falta de presupuesto para las obligaciones de los gobiernos locales.

Analizando el caso de Puerto Vallarta, tenemos un municipio donde su actividad económica es muy dinámica, de los municipios con más derrama económica en el estado, la siguiente tabla da cuenta de ello:

Año
Derrama Económica (pesos)

2002
6,786,809,203
2003
7,393,800,683
2004
8,197,349,054
2005
9,567,622,938
2006
10,654,947,121
2007
11,720,441,833

Fuente: Secretaria de Turismo del Estado de Jalisco

El promedio de crecimiento anual en los años presentados en la tabla anterior es de 10%, una cifra sin duda muy alentadora en lo general, no se disponen de datos para el 2008 y 2009, pero sin duda tuvo que haber una contracción por la crisis financiera y sanitaria que se presentó, si dividiéramos la derrama económica entre el número de población existente en el 2007, obtendríamos la nada despreciable cantidad de $51,208 pesos por persona al año, cabe aclarar que esta derrama económica no contempla la derrama por las otras actividades económicas diferentes al turismo, que sin duda incrementaría la derrama económica y por tanto la derrama per cápita.

Sin embargo la distribución de esta riqueza, en nuestro municipio no ha sido nada equitativa, tomando en cuenta los últimos datos que se tienen del año dos mil, el 88.56% de las personas ocupadas tenían que repartirse el 31.07% de la riqueza del municipio, teniendo como promedio mensual percibido $4,473; mientras que 6.31% de las personas ocupadas se reparten el 68.93%, teniendo como ingreso promedio $139,296 pesos al mes.

Por otro lado, refiriéndonos al gobierno municipal  se hace evidente cada vez más la falta de presupuesto para atender las necesidades más elementales que exige la población, sin restar importancia a un manejo adecuado de las finanzas públicas municipales, es notorio también la falta de una estructura diferente en los ayuntamientos, donde no solo exista un área de tesorería que recabe los impuestos, sino que cuenten con áreas de planeación fiscal, que permita un análisis de los impactos de los diferentes ingresos tributarios así como proponer nuevas formas de hacerse llegar de recursos extraordinarios, como sería la bursatilización de las finanzas de los municipios, presupuestación por programas y proyectos, así como una mejora en las áreas de catastro, licencias municipales, rastro y demás.

En las condiciones actuales que se encuentra la mayor parte de los municipios del país, es casi imposible lograr los objetivos que se plantean en los planes de desarrollo municipal, y en la medida que los servicios públicos se deterioran, en que las obras de infraestructura se hacen mas escasas o de muy baja calidad, y los programas de desarrollo son casi nulos, el sentimiento de la población es de incapacidad gubernamental, por más que se tengan buenas intenciones es muy difícil que se pudieran emprender proyectos de alto impacto si no hay recursos para ello, lo único que se autoriza son programas y proyectos donde no haya necesidad de erogar recursos, o que sean sumamente necesarios.

Bajo esta perspectiva, lo que resultaría imprescindible en otros países, en México se antoja un lujo, inclusive una falta de sensibilidad y conciencia el solicitar: áreas verdes adecuadas, parques en buenas condiciones, programas de fomento al desarrollo económico, vialidades en buen estado, y servicios de salud eficientes; esto es demasiado pedir, tendremos que conformarnos como dice el slogan de un comercial a nivel nacional: “Yo no pido mucho, solo trabajo”, aunque no importen las condiciones de éste, con eso tenemos que conformarnos.

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