miércoles, 20 de julio de 2011

Separación Absurda entre Micro y Macroeconomía


Durante el siglo XX se sucedieron una serie de cambios históricos que trajo como resultado un replanteamiento de la Teoría Económica, estos cambios tratarían de explicar los diferentes fenómenos económicos nunca antes vistos, es así como a principios del siglo pasado, un Economista Inglés, educado en la mainstream de aquella época, donde la Ley de Say era la base de la Teoría Económica, plantea nuevos fundamentos que explicarán lo que no se podía responder con el bagaje teórico existente, ese economista es John Maynard Keynes (Amézaga, 2000).

Keynes, pudo descubrir desde antes de la gran crisis  de 1929, que algunos cambios estructurales se estaban gestando, el gran periodo de abundancia económica del siglo XIX estaba terminando, el principal problema económico que se podía observar era un crecimiento geométrico de la población contra rendimientos decrecientes a escala en la producción, lo que llevaría a un problema que solo sería resuelto a través de la tecnología en el área agrícola, que cubriera ese incremento de la demanda provocada por la explosión demográfica (Amézaga, 2000).

Además del punto anterior, Keynes planteó que la Teoría llamada por él “Clásica”, para referirse a la Teoría Dominante de aquel entonces, era incapaz de responder los cuestionamientos de la gran crisis, debido a que los fundamentos sobre los que basaban sus respuestas habían perdido ya validez, puesto que la realidad que trataba de explicarse con ésta teoría ya no existía, recordemos que durante el siglo XIX, las clases dominantes y el auge industrial requerían de una fundamentación teórica que apoyara la economía basada en la búsqueda del beneficio personal.

La crítica por parte de Keynes a la teoría ortodoxa no se hizo esperar, directamente expuso cómo los fundamentos ya no eran aplicables, existe una frase que engloba ésta contradicción: “hay personas que tratan de resolver el desempleo, con una teoría que no admite la existencia del desempleo”, sin embargo, con el paso del tiempo, los encargados de discutir, analizar y sentenciar sus aportaciones hechas en la “Teoría General de la Ocupación, el Interés y el Dinero”, obra culminante de su carrera, fueron devastadoras para su aportación, los “clásicos” eligieron que partes de la Teoría General fueran aceptadas y cuáles no, hasta el momento se tiene como cierta la aportación keynesiana de la Oferta Agregada a Corto Plazo, y la posterior interpretación de Hicks con su malogrado modelo IS / LM, donde según él pretendía resumir toda la aportación de Keynes a un simple modelo de equilibrio en el mercado de bienes y servicios con el de dinero (Kicillof, 2008).

A partir de este momento, la misma corriente de economistas que fueron criticados por la “Teoría General”, fueron los encargados de decidir qué aspectos serían reconocidos como válidos y cuáles deberían de pasar al olvido. De esta selección surge la separación para la enseñanza de la ciencia económica entre Microeconomía y Macroeconomía.

Para la Microeconomía se dejaron los supuestos fundamentales de la Teoría Clásica (hoy llamada Neoclásica o Neoliberal), y para la Macroeconomía se aceptaron ciertas aportaciones keynesianas a la teoría ya existente, como prueba de lo anterior, podemos mencionar la diferencia que existe entre las explicaciones a diversos problemas económicos entre la Micro y la Macroeconomía, cuando se supone que los fundamentos económicos debieran ser los mismos.

Para la Microeconomía el gobierno es una externalidad, mientras que para la Macroeconomía, debido a Keynes, se considera un mal necesario; en este tema, es perfectamente entendible, porque, hasta nuestros días no se ha podido resolver el “problema económico”, del que hablaba el autor de la “Teoría General”, no se ha aceptado abiertamente que el mercado no puede resolver, por los esfuerzos individuales, los problemas generales; y reconocer además que es necesaria una regulación importante para evitar las grandes desigualdades entre la asignación de los recursos, y la distribución de los beneficios económicos. Otro punto de diferencia se da con la definición de la tasa de interés,  para Keynes depende de la oferta y demanda de dinero, esto es la recompensa por desprenderse del dinero (Mankiw, 1997),  mientras que para la teoría neoclásica es la compensación por posponer el consumo (Varian, 1999).

Estas graves discrepancias, han provocado una gran confusión y sensación de incoherencia, entre las dos principales ramas de estudio de la economía actual, además de la sensación de irrealidad cuando los supuestos de la Microeconomía son explicados a los alumnos, bajo ninguna circunstancia empírica conocida en el mundo se han dado casos que tengan semejanza con información perfecta, libre movilidad de factores, competencia perfecta, soberanía del consumidor, etc. (Varian, 1999). Por esta razón, ésta teoría no ha sido capaz de responder adecuadamente cuando de entender los hechos económicos se trata, cuando una teoría parte de supuestos falsos, no podemos más que esperar que los resultados de la aplicación de políticas económicas basadas en dicha teoría, sean desastrosos (Huerta, 2004).

A pesar de esto, aún se hace necesario defender el Libre Mercado, como estrategia ya no para que individuos, sino ahora transnacionales, obtengan el máximo de  ganancias en la mayor parte de los países en que tienen presencia, bajo el precepto de la no intervención gubernamental para coartar sus beneficios, de   ahí la defensa a ultranza de los antiguos preceptos, y que como hemos visto, no han sido capaz de lograr un nuevo periodo sostenido de auge mundial,  pero para ello era necesario además demostrar que ésta teoría tenía justificaciones, para lo cuál se han escrito y publicado miles de libros y artículos académicos, se han reinventado programas académicos relacionados con la ciencia económica, y se ha aceptado por tanto la separación absurda entre Micro y Macroeconomía.  

Historias del Neoliberalismo: El caso del Infonavit


Con el inicio de operaciones en el año 1972 del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (INFONAVIT), se consolidó una demanda de la clase trabajadora de México, que era dotar de vivienda digna a través de la aportación obrero-patronal, en ese entonces el INFONAVIT, a cargo de Jesús Silva-Herzog Flores, era el encargado de realizar los estudios preliminares, diseños urbanos y arquitectónicos, búsqueda y selección de constructores, presupuestos, ejecución y supervisión de obra, es decir era el encargado de todo el proceso de oferta de vivienda, sin comentar que recaía en el Instituto el otorgamiento total del financiamiento a los trabajadores.

Las casas otorgadas llegaban a contar hasta con casas de 6 metros de frente, por 17 metros de largo, lo que significa un poco más de 100 metros cuadrados de terreno, la calidad de construcción y de los acabados permitían garantizar que éstas mantuvieran condiciones óptimas de los hogares.

La implantación de éste tipo de programas de gobierno obedecían a satisfacer una necesidad real de un sector que a todas luces no puede acceder a contar con vivienda propia con sus propios recursos, con fines específicos como mejorar el nivel de vida de los trabajadores, que se hicieran de un patrimonio que pudiesen heredar a sus descendientes, y mejorar su economía al hacerse de un bien que pudiera ganar plusvalía, todo esto encaja dentro de una visión conocida como Estado de Bienestar, que no es más que una forma de gobierno que busca dotar del mayor bienestar posible a la población desde el Gobierno.

Sin duda, desde su aparición, surgieron problemas inherentes a su operación, se le imputaba al INFONAVIT, y con justa razón, que conseguir un crédito resultaba un verdadero martirio, se asignaban por sorteo o en listas de espera, que muchas de las veces debido a la corrupción o al compadrazgo, se asignaban a quién fuera favorecido con el favor de las autoridades, y en otros casos, se argumentaba que la oferta era superada por la demanda creciente, sobretodo debido a la explosión demográfica que vivió nuestro país desde los años 70s.

Razones que llevaron a una serie de transformaciones que culminaron en 1992 con la reforma a la Legislación del Instituto, donde INFONAVIT ahora se ligaría financieramente hablando con la banca comercial, a partir de entonces y hasta la fecha las condiciones han cambiado, si bien es cierto que en la actualidad el número de créditos en superior y que la cartera vencida es mucho menor, también es cierto que la calidad de la vivienda ha bajado sustancialmente, ahora se llegan a otorgar viviendas de hasta 40 metros cuadrados, con acabados y materiales de construcción de ínfima calidad.

En la actualidad los acabados no pueden garantizarse a mediano plazo, después de 10 años solo puede garantizarse que la vivienda no se caiga, siempre y cuando no se haya atrevido el propietario a construir un segundo o hasta tercer piso, hoy en día las constructoras argumentan que no es culpa de ellos, que deben ajustarse al monto de crédito que alcanzan los trabajadores, los cuales en muchas ocasiones no superan los 350 mil pesos, de manera que un trabajador puede endeudarse por cerca de 30 años, con una cuarta parte de su salario por una vivienda de 40 metros cuadrados con una calidad no deseable.

El argumento de las constructoras es valido hasta que se conocen los costos de esas viviendas, cuando se construyen viviendas en serie y en la cantidad que se construyen, los costos bajan de manera sustancial, se pueden obtener ganancias de hasta 150 mil pesos por una casa vendida a 250 mil pesos, esto habla de un problema, donde INFONAVIT permite que las constructoras obtengan jugosas ganancias, sin hacerse responsable de los desperfectos y calidad de la vivienda.

De esta manera, el objetivo de otorgamiento de vivienda digna, se ha visto comprometido, hoy no podríamos asegurar que esto se cumpla, parece ser, como en muchos otros ejemplos, que se ha privilegiado la ganancia de empresas privadas a costa de los ahorros y necesidad legítima de un patrimonio de los trabajadores, ésta concepción encaja perfectamente con la ideología neoliberal de la economía, donde se establece que el gobierno no debe participar como actor activo en el otorgamiento de productos y/o servicios que pudiera ofertar la iniciativa privada.

Otro elemento a considerar es que la institución otorgante de financiamiento ahora no es el INFONAVIT, sino que un número importante es otorgado por la banca privada, sujetándose a sus condiciones y con un riesgo elevado de perder sus casas al atravesar por una situación económica adversa, es momento de replantear las instituciones y cuidar que se cumplan los objetivos para los que fueron creados, no se debe permitir que se privilegien los beneficios para las empresas que lucran con el problema de la vivienda en México, aún por encima del bienestar de los trabajadores.

miércoles, 27 de abril de 2011

¿Y a todo esto: Qué es Competitividad?


A principios de los años 90s México fue sorprendido con un término que aún hasta la fecha causa un cierto nivel de confusión y que como otro concepto como “globalización” incluso podría decirse que están de moda, aún cuando podría asumirse que el término debería aplicarse diferente si se trata de una empresa, de una persona o de un país, el término al cuál nos referiremos será el que se refiere a la nación.

El inicio del término surgió a raíz de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio (término que según la gramática del español debería ser: Tratado de Comercio Libre), cuando ante la inminente aprobación del tratado los diferentes sectores productivos veían con preocupación su futuro, para nadie era desconocido los altos niveles de productividad de los competidores norteamericanos respecto a nosotros.

El término comenzó a usarse indistintamente para alegar que desaparecer las barreras arancelarias traería como consecuencia el tenernos que volver competitivos en aras de no desaparecer, que la competencia con los vecinos del norte forzaría que hiciéramos las cosas mejor, ese era el discurso, y a partir de ahí a todos los males y descalabros de diferentes sectores productivos serían producto de no ser “competitivos”.

El TLC hablaba de un periodo de desregulación para aplicar las medidas correctivas necesarias para lograr nivelarnos a la “competitividad” de nuestros socios comerciales.

Según el Indice de Competitividad para el Crecimiento (ICC) del Worl Economic Forum (WEF), menciona que “la competitividad de las empresas es un concepto que hace referencia a la capacidad de las mismas de producir bienes y servicios en forma eficiente (menos costos, mayor calidad) , haciendo que los productos sean atractivos para la demanda interna y externa, para ello se hace necesario lograr niveles elevados de productividad que permitan aumentar la rentabilidad y generar ingresos crecientes”. Pero también menciona que “una condición necesaria para lograrlo es la existencia de un ambiente institucional y macroeconómico estable, que transmita confianza, atraiga capitales y tecnología, además de un ambiente nacional que permita a las empresas absorber, transformar y reproducir tecnología, adaptarse a los cambios en el contexto internacional y exportar productos con mayor valor agregado”.

Sin duda que estas características son deseables en cualquier economía, pero lo que se nos olvidó especificar en México, es que esas empresas de las que habla el WEF deberían ser primordialmente empresas del país en cuestión, en cambio lo que ocurrió en nuestro país es que no hubo acciones que llevaran a nuestras empresas a lograr esa igualdad de condiciones antes de la entrada del TLC, cuando se enfrentaron a la competencia desigual el resultado fue como se esperaba desastroso, sectores industriales que representaban adecuados niveles de crecimiento y estabilidad desaparecieron casi por completo, como es el caso de la industria zapatera, las condiciones macroeconómicas de las que habla el WEF, se pusieron al servicio de las empresas transnacionales, ante la desaparición o sustitución de sectores económicos nacionales el argumento seguía siendo, es que no eran lo suficientemente competitivos para permanecer en el mercado, por ello con la mano en la cintura se podían sustituir por empresas extranjeras, que sí cumplían con esa “virtud” de ser competitivos.

¿Se puede competir con dos países desarrollados en condiciones igualitarias?, ¿cuánto tiempo le debía de tomar a México lograr nivelar los niveles de productividad deseados?, a simple vista la aventura parecía más que imposible, nunca se privilegió el desarrollo de la tecnología en México, desaparecía la política industrial, se cayeron los incentivos y programas de gobierno para fortalecer las empresas nacionales, parecía que desde un principio se hubieran vaticinado cuales deberían de ser resultados, tal vez nunca se tuvo como objetivo la competencia real de empresas mexicanas vs empresas canadienses o norteamericanas, tal vez la única razón era propiciar la instalación de miles de maquiladoras y armadoras extranjeras que elevaran los supuestos indicadores de “exportación”, que realmente solo es Comercio Intrafirma; que se incrementara el Producto Interno Bruto Manufacturero, aprovechando que la medición del mismo no distingue si es hecho por empresas nacionales o no, mientras sea hecho en México, un buen indicador que hablaría de nuestra realidad sería el Producto Nacional Bruto (PNB), que mide la producción de bienes y servicios realizado por mexicanos independientemente del lugar de origen de la producción.

Como conclusión podemos decir que el término en sí es deseable desde el punto de vista que se trate, y aplicado a cualquier situación, lo negativo puede ser el enfoque como se busque lograr esa competitividad tan anhelada, dependiendo a quién se busque hacer competitivo, si al país, si es a nuestras empresas, o sólo competitivo para atraer inversión extranjera que supla lo que las empresas nacionales no pueden ni han tenido las condiciones para hacer. 

Reflexiones del Emprendurismo en México


El concepto de emprendurismo es un término que no puede faltar cuando de hable de desarrollo empresarial, de creación de empresas o, incluso, como una  forma de describir actitudes de iniciar algo por si mismo, sin embargo en el ámbito empresarial, se le define como aquella “cultura” de creatividad y capacidad de tomar el riesgo de llevar a cabo un negocio que pueda ayudar a generar ganancias suficientes en un tiempo razonable.

Sin duda siempre han existido personas emprendedoras que a partir de una idea o sueño iniciaron con una microempresa y que a la postre se convirtió en una mediana o gran empresa, ¿que elementos pueden  encontrarse en estas empresas que rompieron con la tendencia casi natural de desaparición en los primeros años de creadas?.

Se pueden distinguir factores endógenos y exógenos que influyen en un adecuado ambiente de negocios, dentro de los factores endógenos se pueden enlistar conocimientos administrativos, contar con un plan de negocios, el servicio que se brinde, la calidad del producto, etc.

Dentro de los aspectos exógenos, que son a los que nos referiremos especialmente, encontramos aquellos que no son imputables a la empresa, que no están en su control, dentro de ellos se pueden mencionar aspectos climáticos o naturales y aquellos que dependen de las políticas públicas y sociales que establece un país para el desarrollo económico del mismo.

Se considera que un ambiente adecuado de negocios se encuentra un marco regulatorio adecuado, incentivos y programas de apoyo, instituciones de financiamiento, adecuada infraestructura productiva, un mercado interno fuerte, y una economía sólida en la cuál desarrollarse.

México dista mucho de contar con las condiciones adecuadas en varias de estas variables exógenas, actualmente el llamado comercio establecido o formal, se queja de la competencia desleal que representan los negocios informales, al argumentar que al no pagar impuestos, ni servicios, ni estar regulados, pueden ofrecer mercancías más baratas. Pero cabe recordar que en el México de antes de la primera gran crisis de 1982 el ambulantaje no existía, el sector informal no era digno de preocupación, y por tanto la competencia era más justa entre empresas.

Por otro lado, el excesivo número de requisitos y permisos, han hecho de México uno de los países con mayores dificultades para aperturar una empresa, que la mayoría de las veces provoca la desilusión o el desánimo al parecer un esfuerzo sumamente complicado.

Respecto a las políticas de desarrollo, hemos optado por aprovechar las llamadas ventajas competitivas, en lugar de desarrollar las ventajas comparativas que más nos convengas, esto ha llevado a una excesiva terciarización de la economía, a la renuncia casi total al desarrollo industrial, prueba de ello son las declaraciones de algunos funcionarios federales que basados en las teorías liberales, argumentan que la mejor política industrial es que no haya política industrial.

Un problema también es la falta de programas de incentivos y programas de fomento adecuados, que verdaderamente den herramientas y recursos suficientes para crecer adecuadamente, por poner un ejemplo, mientras que en Estados Unidos una microempresa suele comenzar con financiamientos de alrededor de $100,000 dólares, en México el promedio de financiamiento empresarial para iniciar ronda los $5,000 dólares, cantidad que según un especialista colocador de fondos empresariales de Estados Unidos, solo serviría para preocuparse en como pagar el préstamo, más que en pensar en como utilizar eficientemente dichos recursos.

Encontramos también el hecho de la disminución de hace ya varias décadas de la inversión pública en infraestructura, misma que ha sido suplida por inversión privada, el problema con esta conversión es que los inversionistas privados esperaras siempre rendimientos positivos en el menor plazo posible, a diferencia de la pública que su objetivo debe ser el bienestar social más allá del rendimiento.

Y por último mencionaremos el fortalecimiento del mercado interno a través del mejoramiento del poder adquisitivo de los consumidores que permita un incremento sostenido de las demanda, que junto con una economía sólida permitiría contar con posibilidades de crecimiento reales.

Como conclusión, resulta necesario que se creen las condiciones exógenas, que junto con el desarrollo endógeno genere un caldo de cultivo propicio para el desarrollo económico nacional.

Cifras Alegres de Empleo en Jalisco


El pasado nueve de febrero, la Secretaría de Promoción Económica anunció con bombo y platillo, la cifra de empleo generado en Jalisco para el mes de enero del presente año, 529 empleos entre temporales y permanentes, se menciona que más del 70% de ellos son permanentes, por lo que si asumimos que es el 75%, fueron creados 397 permanentes y 132 temporales, en muchas ocasiones se puede pensar que los análisis de este tipo de resultados es siempre tratar de encontrar el lado pesimista de las notas, pero en esta ocasión no se puede dejar de mencionar que el resultado no puede ser menos que lamentable.

Para poner en contexto esta cifra, habremos que cruzar esta información con otros datos y de esa forma dimensionar el resultado en mejor contexto, la base de trabajadores para diciembre del 2010 para Jalisco era de 1,263,487 trabajadores asegurados permanentes y temporales, con este dato se obtiene el porcentaje de creación en Enero respecto del total: 0.04% más empleos; en el municipio de Puerto Vallarta para el 2008, se crearon en Enero 1,065 empleos, éstos datos dan una idea de la magnitud del anuncio realizado, lo único rescatable del anuncio de SEPROE es que no se perdieron empleos, y como siempre, parece ser que eso es suficiente para una sociedad que sufre permanentemente los embates de la mala situación económica, pero no podemos conformarnos con ello, ya que en términos reales, la situación del campo laborar es cada vez peor, ya que no solo se trata de recuperar el empleo perdido por la crisis, sino de crear más. El economista de la UdeG, Enrique Cuevas, menciona que para terminar con el rezago laborar, tendrían que crearse 80 mil empleos al año, esto es, más de 6 mil 600 empleos mensuales, a lo que debería agregarse la condición que fueran permanentes, por tanto se estaría cumpliendo apenas con un 6% de la creación de empleos que necesita Jalisco.

La teoría económica del empleo nos dice, que para el calculo del desempleo no solo debe tomarse en cuenta la tasa de creación de empleos, sino también la tasa de destrucción de empleo, y además considerar las personas que día con día buscan integrarse a la economía productiva y buscar un empleo remunerado, motivado sobretodo por la pérdida de poder adquisitivo de las familias y que hace necesario que más integrantes de ésta se sumen al esfuerzo de hacer llegar mayores recursos para su sobrevivencia, por otro lado tenemos los estudiantes que al término de sus estudios buscan un empleo, y que al no encontrarlo su frustración y desánimo hace que acepten cualquier trabajo que les remunere, aunque éste sea en el mercado informal o en el subempleo, y en el peor de los casos emigren hacia otros países donde puedan encontrar un espacio, la única salida que muchos encuentran para no incrementar su desesperación es continuar con estudios de postgrado, que a la larga terminarán igualmente emigrando al encontrar fuera de México empleos que los valoren, y esto, es un costo económico enorme, al perder parte de uno de los factores de producción con mayor capacitación y conocimientos.

Otro aspecto preocupante es la calidad de los empleos en Jalisco, varios investigadores de Jalisco han hecho referencia a este problema, al hecho de que los empleos que existen ofrecen salarios más bajos que la media nacional, sin duda un aspecto que sería digno de un estudio respecto a las causas que ocasionan éste fenómeno.

Como conclusión, esto no puede reconocerse, ni aplaudirse, no, cuando los objetivos no son cumplidos, no, cuando éstas notas sean leídas por una persona que lleve desempleada más de un año, y a que su vista parezca una burla.


lunes, 7 de febrero de 2011

Lo que se Necesita es un Rescate Económico del Centro de Puerto Vallarta


El día de ayer se dio a conocer un estudio que habla de la caída del 30% del valor de las propiedades del centro, se menciona a grandes rasgos que ahora no es posible ni rentar ni vender al valor de hace varios años, respecto al Centro de Puerto Vallarta mucho se ha hablado al respecto, ha sido fuente de debate arquitectónico, urbano y turístico. El último esfuerzo de gran magnitud ha sido el denominado “Rescate del Centro Histórico”.

Este programa contempla el rescate de la imagen arquitectónica original, aquella que le daba una característica especial a Puerto Vallarta, sobre otros destinos turísticos, sin embargo, ni esto ha detenido su hundimiento en todos los aspectos que debe contener un denominado “Centro Histórico”, según la definición que da UNESCO se identifica a éste como el núcleo urbano original de planeamiento y construcción de un área urbana, generalmente el de mayor atracción social, económica, política y cultural, que se caracteriza por contener los bienes vinculados con la historia de una determinada ciudad , a partir de la cultura que le dio origen, y de conformidad en los términos de la declaratoria respectiva por determinación de la ley.

Es claro que en muchos aspectos, el centro de Puerto Vallarta ha dejado de ser el área de mayor importancia económica de la ciudad, esto se refleja al realizar un breve análisis de donde se da la mayor derrama económica o en que negocios o sectores se realiza el mayor número de transacciones, y para muchos es sabido que definitivamente el centro no lo es; socialmente el centro de Puerto Vallarta no es visto para la mayoría de los habitantes como su “Centro”, no es el lugar donde la mayoría de las familias locales acudan a comer, a divertirse, y mucho menos de compras, los precios, la preferencia de los clientes extranjeros a los locales y la falta de opciones de diversión, son factores de suma importancia para que esto sea así; en cuanto a lo cultural habría que revisar cuales son las opciones culturales que existen para la población o para el turismo, revisar la infraestructura, calidad de la cultura y opciones varias para todos los sectores de la población, hechos que se antojan insuficientes y en algún grado elitistas, al ofrecer una oferta cultural muy limitada.

En todos estos aspectos, existe un hecho ineludible: la falta de planeación económica; la errónea visión que la planeación urbana y arquitectónica basta para resolver, por si sola la recuperación económica de Puerto Vallarta, es un grave error que ha llevado a las consecuencias que estamos mencionando, la baja del valor de las propiedades del Centro y el cierre de los negocios, con su número importante de locales vacíos que ofrecen la impresión de una ciudad en decadencia.

Mucho se debería de contemplar en este rescate económico integral del Centro, por mencionar algunos puntos pudiéramos incluir la planeación de los giros de los negocios que se deban establecer, lograr un equilibrio entre la oferta de bienes y servicios, limitar el número de algunos giros, ordenar las actividades de venta de tiempo compartido, el ordenamiento del transporte público, la búsqueda de opciones de transporte que hagan más accesible la afluencia al centro, concientizar y regular los precios de los bienes y servicios que se ofrecen, programas y actividades para la atracción de la población, reordenamiento de vialidades, entre otros puntos.

El permitir que sólo la oferta y demanda de bienes y servicios, sin ningún control o regulación económica, ha provocado los fenómenos que sufrimos hoy, será necesario plantear la creación de un Colegio de Economistas Local que coadyuve a la resolución de los problemas económicos del puerto, en conjunto con todos los sectores y ordenes de gobierno.

El último esfuerzo integral de planeación económica fue el realizado por el Fideicomiso de Puerto Vallarta en los años 70s, cuando fue necesario que un organismo como éste, fuera propuesto desde el gobierno federal para dar orden al crecimiento económico de aquella incipiente ciudad en crecimiento, sin el Fideicomiso hubiera sido imposible pensar que la sola gestión del Ayuntamiento,  y diversos sectores de aquel entonces, hubieran podido emprender la tarea de la creación del SEAPAL, de la creación de zonas habitacionales para los trabajadores como Aramara, la planeación de la Zona Hotelera Norte, la certidumbre de la posesión de las propiedades, la planeación del Libramiento Carretero, etc, todos estos esfuerzos bajo una planeación urbana y económica que buscaba hacer de Puerto Vallarta el destino turístico que todos soñábamos.

Por todo lo anterior dicho, es hora ya de recomponer el camino, de tomar en nuestras manos el presente y futuro de nuestra ciudad, de ello depende la supervivencia de Puerto Vallarta como una ciudad viable económicamente hablando, es lo menos que podemos hacer.

Competitividad de Puerto Vallarta, según el IMCO


El Instituto Mexicano para la Competitividad A.C. es un centro de investigación aplicada independiente, principalmente en fenómenos económicos y sociales que afectan la competitividad en el contexto de una economía globalizada.

Uno de los estudios que realiza el IMCO es el Índice de Competitividad Urbana, en esta ocasión revisaremos los resultados que tienen que ver con Puerto Vallarta para el 2010, en este estudio se toman en cuenta a 86 ciudades de la República Mexicana. El Índice de Competitividad Urbana mide la capacidad de una ciudad para atraer y retener inversiones y talento, según IMCO esto se logra cuando las ciudades logran ofrecer condiciones integrales para maximizar el potencial socioeconómico de las empresas y de las personas.

El presente estudio arroja resultados recogidos para 2008, aunque son presentados hasta el año pasado, dentro del índice general se ubica a Puerto Vallarta dentro del grupo de Competitividad clasificado de Media Alta, donde se encuentra el 66.62% de la población de México, por encima de esta clasificación se encuentra la “Adecuada” y la “Alta”.

Revisemos cada uno de los diez puntos que revisa este estudio:

I. Sistema de Derecho Confiable y Objetivo
Esta punto mide la existencia y comportamiento de reglas claras y libertades suficientes para un desempeño económico vigoroso y ordenado, Puerto Vallarta paso de la clasificación “Media Baja” en 2006 a “Media Alta” en 2008, es decir se tuvo un avance en este rubro.

II. Manejo Sustentable del Medio Ambiente
Mide el estado de conservación ambiental como la tasa de degradación de los principales activos ambientales y su interacción con las actividades productivas y de consumo. Puerto Vallarta se encuentra en la Clasificación “Adecuada”, en ésta se ha mantenido desde el estudio del 2006, es decir, no ha mejorado ni empeorado nuestra  competitividad en éste aspecto. Tan sólo el 0.8% de la población se encuentran en esta clasificación.

III. Sociedad Incluyente, Preparada y Sana
Se mide el bienestar y las capacidades de la fuerza laboral y de la población en general como una aproximación de la calidad del capital humano, se consideran escolaridad, salud y bienestar, además de cuestiones de equidad de género.
Puerto Vallarta se ha mantenido desde el 2006 en  la clasificación “Media Alta”, donde se comparte este nivel con el 40.6% de la población mexicana.

IV. Economía Estable y Dinámica
Este subíndice se refiere al clima propicio y estable que ofrece certidumbre a inversionistas, empresas e individuos para planear y tomar las decisiones de corto y largo plazo, es decir, variables que determinan el desempeño y la competitividad de la economía, se incorporan medidas de riesgo relacionadas con el endeudamiento público y privado, así como el riesgo implícito en la variabilidad de la economía.

Es en este punto donde Vallarta presenta su peor desempeño al pasar en 2006 de la clasificación “Adecuada” a una clasificación más baja en 2008, que es la “Media Alta”. Se atribuye  principalmente este retroceso a un incremento de la deuda pública municipal, por la afectación que ésta tiene al disponible para el gasto para la infraestructura pública productiva. Se menciona también como causa a la baja de la captación de la banca comercial y la cantidad de depósitos realizados. Otro elemento es el incremento del desempleo, y por último se menciona la baja sofisticación del sistema financiero.

V. Sistema Político Estable y Funcional
Se mide la calidad del sistema político a través de aspectos básicos como legitimidad, estabilidad y efectividad. Puerto Vallarta se encuentra en la clasificación “Media Alta”, tanto en 2006 como para el 2008.

VI. Mercado de Factores Eficientes
Este subíndice mide la comparación de los costos de producción en una economía, se califica la eficiencia con la cual los mercados de insumos surten a las actividades productivas (industria y servicios) de mano de obra, energéticos y bienes de capital.

Este es otro aspecto donde Puerto Vallarta no tuvo un resultado satisfactorio, al pasar en 2006 dentro de “Media Baja” a la clasificación “Baja”.

VII. Sectores Precursores de Clase Mundial
Mide sectores de transporte, telecomunicación y financiero, es decir la calidad, eficiencia y costos de estos sectores. Puerto Vallarta avanzó en este punto al pasar en 2006 de la clasificación “Media Baja” a “Media Alta” en el 2008.

VIII. Gobiernos Eficientes y Eficaces
Mide como afecta directa o indirecta el desempeño del gobierno a los mercados, a través de: políticas específicas, regulación, esquemas impositivos o niveles de gasto. La clasificación de nuestro municipio esta en “Media Alta”, tanto para el 2006 como para el 2008.

IX. Aprovechamiento de las Relaciones Internacionales

Califica en que medida los países capitalizan su relación con el exterior para ser más competitivos. Este rubro es uno de los que nos encontramos mejor ubicados, al mantenernos en el 2008 en la clasificación “Adecuada”.

X. Sectores Económicos en Vigorosa Competencia
Califica la capacidad de los sectores económicos de las ciudades para competir con éxito en la economía global, se refiere a aspectos como la capacidad innovadora, su adaptación a la nueva economía de las empresas, así como la inversión en Investigación y Desarrollo. Puerto Vallarta se encuentra en la clasificación “Media Baja”, tanto en 2006 como en 2008. En este rubro es importante el papel de las universidades y su papel en la sociedad.

Como conclusión, se podría decir que Puerto Vallarta se encuentra dentro de las ciudades de competitividad media, hay temas donde se ha avanzado y otros donde se ha retrocedido, será digno de análisis más profundo las causas y posibles soluciones de cada uno de los diez puntos, por supuesto tampoco deberá tomarse como definitivo lo que el IMCO diga acerca de la competitividad de una ciudad, pero sin duda es un buen acercamiento.